Las mujeres no deberían usar velo y los hombres deberían tener una sola esposa. Eso creía firmemente una mujer que llegó a ser reina de Afganistán. Cuando Amanulá Khan asumió el poder en 1919, su esposa, Soraya Tarzi, atrajo la atención en un país inmerso en costumbres tribales de varios siglos. En el reinado que duró hasta 1929, Soraay se comprometió con la educación de niñas y mujeres. "La gente recuerda sus discursos incluso ahora, la forma en que animó a las mujeres afganas a ser independientes, a aprender a leer y escribir".