Me costó horrores describiros esta pasión, pero me ha costado todavía más encontrar su origen. A priori, ningún tipo de transmisión post-alumbramiento parece posible, aunque la persistencia y reproducción de la raza colchonera nos confirma que la creencia es, al menos, comunicada y asimilada por las nuevas generaciones. El vasto de la población rechaza la agonía y el sufrimiento…