Una vez eché un polvo. Era una noche de primavera, hace dos años. Tenía la nariz congestionada y la vida entera apretándome el pecho con fuerza, como a tantos jóvenes. Todo sucedió en mitad de una fiesta, o a partir de ahí, en los asientos traseros de mi coche. Muy rápido. Y a la mañana…