Jeremy Cohen vio a una chica bailando en el tejado del edificio frente al suyo en Brooklyn. Cuando ella lo vio, él la saludó con la mano, y ella devolvió el saludo. Después, Jeremy sacó su dron y se lo envió, y así comenzó esta romántica historia. Al preguntar qué le inspiro para tener este gesto romántico, Jeremy dijo: “Lo cierto es que llevo más de un año sin tener una cita. Creo que me moría de ganas de tener algo de interacción social, y estar confinado entre las paredes de mi apartamento me inspiró cierta creatividad.”