Pajares Paz, Urízar Azpitarte, Japón Sevilla, Mejuto González, Brito Arceo… Muchos impenitentes seguidores del Carrusel Deportivo son capaces de recitar la lista de los árbitros españoles mejor que la de su propio equipo cuando ganó la Liga (o jugó contra el Barça en la Copa del Rey). El secreto para explicar estos inopinados recuerdos es la inusual nomenclatura de nuestros colegiados, que nunca se llaman Piqué, con un solo apellido como un vulgar futbolista, ni mucho menos Raúl, con nombre propio. Y tiene su origen en el franquismo.