Pese a las protestas, que han sido muchas y aún siguen cayendo, Darren Aronofsky ha logrado su propósito de desencadenar el Diluvio Universal sobre la Tierra. Noé, con Russell Crowe como patriarca homónimo y Ray Winstone como malo malísimo, desembarca hoy en los cines con todo su exceso y su desafuero. Al ver una película tan épica y tan salida de madre, seguramente muchos espectadores pensarán que, aparte de lo de la inundación y lo del Arca, el director se lo ha inventado casi todo para rellenar metraje. Una idea plausible... Pero incierta.