Querido Diario: Por fin estás en la nube. Al fin te tengo en la versión virtual. No sé durante cuánto tiempo he estado pensando en ponerte en línea, en “modernizar” mis memorias, en plasmar mi día a día en Internet, en pasar del diario de noche en mesita de cama, al de la nube, dejando claro mi transparencia, mi “me importa un carajo” quién lo lea o que lo lean los demás, mi honestidad y sobre todo mis ganas de compartir con el mundo entero todo lo que acontece en mi vida. Pero finalmente lo hice. Lo cierto es que le doy mucha importancia a..