Hollywood, la industria cinematográfica más famosa del mundo, no está exenta de historias oscuras y enigmas que han rodeado a ciertas películas a lo largo de los años. Estas producciones, conocidas como "películas malditas", están envueltas en tragedia, muertes inexplicables o misterios insondables, como si hubiera alguna fuerza que no quisiera que se rodaran. Algunas de las más conocidas son: El Exorcista (1973), Poltergeist (1982) y, el tema que hoy nos ocupa, El Cuervo (1994), donde su protagonista murió a manos de un miembro del reparto.

Análisis del feo (filmoteca maldita) de la influencia de los siete samurais de Akira Kurosawa.

Corría el año 1937 y una empresa farmaceutica llamada Massengill Company acababa de desarrollar un nuevo fármaco al que llamaron Elixir de Sulfanilamida que servía para solucionar el catarro y el dolor de garganta. Su sabor a frambuesa era para hacer agradable la ingesta en niños pequeños y bebés. La compañía envió 633 pedidos por todo el país y en menos de un mes ya había cosechado más de 100 vidas. Y es que resultó que para hacer la mezcla usaron anticongelante.

Después de analizar detenidamente el contenido de Maldito Bulo, Eduardo Inda, director del periódico Ok Diario, ha llegado a la conclusión de que, desde sus inicios, la web de verificación se ha dedicado a hacer prácticamente un “copia pega” de todas su noticias. Por esa razón, los equipos jurídicos de Ok Diario han demandado esta misma mañana a Maldito Bulo acusando al medio de plagio.

En 1995 tuvo lugar una de las telenovelas mexicanas más exitosas de todos los tiempos: 'María la del Barrio', que junto a 'María Mercedes' y 'Marimar,' formó parte de la famosa trilogía (sí, es en serio) de las 'Marías de Thalía'. El extraño éxito de 'María la del Barrio' llegó, no por su guión o historia original, sino gracias a una sola escena que ha logrado trascender el tiempo y las generaciones hasta nuestros días, siendo parte importante de la cultura popular: Maldita Lisiada.

“Payaso, soy un triste payaso que oculto mi fracaso con risas y alegría que me llenan de espanto”. Esta frase terrible, estribillo de una vieja canción popularizada por artistones como Bambino y Falete, describe muy bien las tribulaciones del humorista maldito: pletórico por fuera y roto por dentro.