Todo aparato electrónico cuyo nombre comience con una "i" evoca a producto tecnológico elegante y de calidad. En este caso, el artículo en cuestión se llama "iCome" y, efectivamente, entre sus virtudes se encuentran el diseño esmerado y la eficiencia en sus funciones. Pero a diferencia de la mayoría de productos con un nombre similar, este no tiene como objetivo ayudarnos a manejar información o recursos digitales, sino algo más prosaico y placentero: conseguir excitarnos sexualmente hasta que hagamos honor a su nombre.