Un niño decidió arrancarse un diente al puro estilo ‘Robin Hood’ Calvin de cinco años de edad utilizó un arco y una flecha, como si fuera el propio Robin Hood, para sacar el diente, el cual enganchó previamente a un trozo de cordón y a la flecha.

En el sorteo de la Lotería de Navidad no siempre se extraían bolas de madera de unos bombos, tal y como se hace en la actualidad.

Un grupo de médicos le realizó una inusual cirugía a un paciente que se perforó el recto con una yuca de 18 pulgadas en Costa Rica, según publicó el portal Diario Extra. El paciente de 55 años de edad fue intervenido por los médicos durante más de una hora y se encuentra en condición delicada, ya que el látex que cubría la yuca se reventó. El diario señaló que el tubérculo estaba forrado con dos condones.

La técnica para hacer Rosin se dio a conocer en 2015, después de que su creador publicase un vídeo en youtube. En él hacía una demostración práctica de como realizar el proceso, de principio a fin, a la vez que detallaba todo el material con el que realizaba este tipo de extracciones: cogollos de marihuana, papel de horno y unas planchas de esas que se calientan y se usan para alisar el pelo. Desde ese momento el desarrollo de esta forma de extraer la resina ha sido impresionante, ya que en un breve periodo de tiempo han aparecido

Dos días después de introducirse un vaso de cristal en el cuerpo, un hombre acudió al médico en Italia tras comprobar que no podía retirarlo, que se había roto y que, por lo tanto, su vida podría correr peligro. El hombre, de 47 años de edad, dijo a los médicos que se lo había introducido a través del ano por placer y en el momento de extraerlo se hizo trozos. No obstante, no fue hasta dos días después cuando el hombre, aun sin dolor, acudió al hospital por temor a que esto supusiera un riesgo para su vida.

Este cálculo se considera una gran rareza médica, aunque no se trata del más grande registrado. El récord lo tiene un hombre chino de 54 años que tenía un cálculo pélvico masivo de 1.048 gramos en la vejiga.

Hay un paciente que ha sacado lo mejor de mí. Ya van tres veces que meto mi mano con guante en su canal anal con miedo de causarle dolor. Pero no, resulta que el masoquista pervertido disfrutó cada segundo. No fui más que un peón en su plan para volver realidad una de sus tantas fantasías sexuales, algo que definitivamente no estaba escrito en mi contrato.

Negacionistas: el plan B de la élite para el fin del Mundo.