Estos últimos días circula profusamente por Twitter la fotografía que aquí adjunto. Unos niños de ¿14? ¿13 años? en el Rijksmuseum de Ámsterdam, sentados con el teléfono móvil en lugar de apreciar De Nachtwacht, uno de los cuadros más famosos de Rembrandt. Pero no circula sola: lo hace acompañada de comentarios que en el mejor caso son de asombro y en el peor de enfado o pena. Pues bien, ante esto yo tengo algo que decir: Yo también fui un niño. Y tú también. Hubo un tiempo en el que preferíamos ir a jugar al parque que al Museo del Prado.

El responsable de estas transformaciones artística es, Olly Gibbs un diseñador que tras visitar el Rijksmuseum de Amsterdam, pensó que todo era muy triste, y para alegrarlo un poco decidió utilizar FaceApp. El resultado (recopilado por BoredPanda) es espectacular. Para poner a prueba el poder de una sonrisa, concéntrate en mirar el cuadro de la izquierda (el original) y luego el de la derecha, y céntrate en lo que sientes.