La batalla era mucho más profunda: vestirse era posicionarse. Era disfrazarse de los pies a la cabeza de algo que no sabíamos muy bien qué era pero cuya esencia defendíamos a muerte. La tribu urbana marcó nuestra adolescencia, pero como estos son años de búsqueda y cuestionamiento de la identidad, cambiábamos de una a otra en el tiempo que tardábamos en pasar de curso.

«Ahora todo eso ha desaparecido, sobre todo porque todos han muerto o se convirtieron en delincuentes, traficantes… y no tardaron en llegar los muertos», cuenta Iñaki Domínguez en su nuevo libro, ‘Macarras interseculares, una historia de Madrid a través de sus mitos callejeros’: «Había verdaderas peleas: había que ir con cuidado. En los bares te encontrabas con gente en plan chula. Ventas, La Elipa, Usera y Vallecas eran barrios donde no podías entrar tranquilamente a cualquier local, tenías que tener cuidado. Había navajas en todas partes».

Antes de la década de los 50, los jóvenes apenas se diferenciaban de los viejos: vestían igual, hablaban igual y hacían más o menos las mismas tonterías. Luego apareció James Dean y a la muchachada le dio por ser rebelde y distinguirse de sus mayores, poniéndose jeans y hablando raro. No contentos con esto, se agruparon en estrafalarias tribus urbanas, según preferencias éticas y estéticas. Pero hay un pequeño problema: los jóvenes también crecen y se hacen mayores.

Antes de la década de los 50, los jóvenes apenas se diferenciaban de los viejos: vestían igual, hablaban igual y hacían más o menos las mismas tonterías. Luego apareció James Dean y a la muchachada le dio por ser rebelde y distinguirse de sus mayores, poniéndose jeans y hablando raro. No contentos con esto, se agruparon en estrafalarias tribus urbanas, según preferencias éticas y estéticas.

Los shamate provienen de las castas más bajas de la población China. Generalmente se trata jóvenes parias de alrededor de 20 años que proceden de un ámbito rural y que ahora viven en los suburbios de las grandes ciudades.

En donde Kiko Amat descubre que el troll de bar no existe, que los prejuicios contra runners, abstemios y vegetarianos son buenos para la integridad personal, y que, ah amigo, los modernos le caen BIEN.

Hay dos canciones, una de 1972 y otra de 2004, que, a pesar de estar separadas por treinta de años de historia, hablan exactamente de la misma persona. Una es de Joan Manuel Serrat y describe a una chica educada por una nurse vesánica, típicamente británica que anda los domingos en la hípica y a las dos en José Luis. La otra es de Francisco Nixon y pinta el retrato de una moza que va a clases de sevillanas y se mueve por la ciudad en coches de tres millones. Una se titula “Muchacha típica”, otra “Adoro a las pijas de mi ciudad”.

Incluso en un mundo tan globalizado como el nuestro, todavía hay tribus aisladas cuyas formas de vida han cambiado poco o nada con el tiempo. La fascinación despertada por estas personas y el deseo de documentar sus tradiciones antes de que desaparezcan para siempre encuentran un lugar prominente en la vida y obra del fotógrafo británico Jimmy Nelson.

Los prejuicios han sido parte del maná cómico en la tradición burlesca de los Estados Unidos. Ya sean etnias, burgueses adinerados, géneros e incluso tribus urbanas, la violencia contra esos colectivos articula un humor político con gran tradición. Es, en fin, la viñeta como un método de defensa eficaz de unas ideas y como forma inequívoca de propaganda política. Casi 200 años de viñetas del odio…

Las leyendas urbanas están presentes en nuestro día a día, y en ocasiones condicionan la vida de la gente que se las cree. Por ejemplo, ¿cuánta gente ha dejado de comprar en los bazares chinos por lo que se dice de ellos? ¿Cuántos niños tienen miedo de comer chicle por lo que pueda pasar? ¿Cuánta gente equipara su mala memoria a la memoria de los peces? Desmontamos una serie de leyendas urbanas que siempre nos han contado.

Cerca de casa han puesto seis huertos urbanos distintos porque cuando nos da por algo, nos da. En los últimos años, no hay ciudad que se precie que no tenga un sistema de huertos urbanos. Y es normal, porque es muy buena idea: una combinación casi perfecta de espacios verdes, actividades comunitarias y educación alimentaria. El problema es casi todo lo demás: en plena fiebre hortofrutícola, hemos olvidado que la agricultura urbana tiene retos que comprometen seriamente la seguridad alimentaria de sus cultivos. Y que, si no nos tomamos en serio

Antes de empezar con esto, debo confesar que soy un profano en el arte urbano. Nunca he comprendido el significado de las firmas que deja la gente por ahí con un spray de pintura, y en algunas ocasiones me parece hasta feo algunas pintadas que dejan. Pero por lo que veo últimamente si han juntado en el grupo un nuevo compañero de aventuras: las zapatillas.

¿Te gustan las leyendas urbanas? Aquí tienes 10 leyendas urbanas cortas de terror que causaron sensación en el instituto.

Internet es el mejor caldo de cultivo para leyendas urbanas y bulos. Aquí tienes una recopilación de leyendas urbanas cortas que encontrarás en la Red.

Valga esta rima fácil para mostrar una colección de barandillas que, más que elemento de protección, constituyen un plan de ataque al sentido común. Hay urbanistas que demuestran su amor a las barandillas. Amor que, a veces, parece convertirse en obsesión...

El arte urbano ha sido para Irving Cano una forma de mostrar la riqueza de su tierra Oaxaca por México y el mundo. Su trabajo es un claro ejemplo de que el graffiti puede convertirse en arte si se realiza con respeto, disciplina, dedicación y sobre todo con el corazón. El artista originario de Santa María Xadani, Oaxaca, ha pintado murales en lugares que nunca imaginó, como en los Emiratos Árabes, donde participó en un proyecto de rescate urbano en la ciudad de Dubái. En medio de pinceles, bocetos, cuadros y pinturas, compartió durante una ent

David Zinn es un ilustrador norteamericano, de Michigan, que nos regala pequeñas obras de arte efímeras, ya que están dibujadas a tiza. Mi querencia hacia los elementos urbanos me lleva a seleccionar algunas de sus obras con un denominador común: aprovechan algún objeto de la calle para configurar su creación.

Una manera simple y entretenida de aplicar los principios de circularidad en nuestro hogar es creando una huerta urbana, la que es la adaptación de la producción de vegetales realizadas en el campo en un espacio urbano reducido, desde el cual podemos obtener vegetales frescos como hortalizas, hierbas medicinales o simplemente, embellecer nuestro entorno con sus frutos coloridos

Aun en la actualidad, muchas de esas leyendas se siguen escuchando, incluso van naciendo nuevas historias. El siguiente video nos narra de una manera muy tétrica las 7 leyendas urbanas más aterradoras de todos los tiempos. Antes de ver el video, te recomiendo, si es de noche, apagues las luces y cualquier otra clase de sonido, así podrás concentrarte en las historias.

En toda ciudad aparecen imágenes divertidas y espectaculares. De hecho, aquí tenéis cinco de ellas.

Arte urbano para levantar el ánimo. Colección de graffitis del grupo Boa Mistura a lo largo del mundo con el fín de combatir el desánimo a través del color en las paredes.