La tradición Yang se considera una de las tradiciones más veneradas y elaboradas de la música tibetana. Usando el sistema de notación Yang-Yig, podemos entender la esencia de este canto solo leyendo la partitura aún sin entenderla. Los símbolos son una guía para realizar el rito, se entiende que la música se combina con "cánticos, visualizaciones y gestos con las manos". Este sistema notación también contiene con frecuencia instrucciones detalladas sobre con qué espíritu se debe cantar como "fluye como un río" o "ligero como un pájaro".

Defendiendo que «hay mucho que aprender de lo que hacen por allí [Occidente]», Thich Tzu, un monje tibetano de 25 años que, según sus compañeros del templo, «va de alternativo», ha empezado a interesarse por la filosofía occidental. «Aquí la mayoría no sale del abecé del confucionismo pero en Occidente también hay cosas muy interesantes, aunque suenen un poco raras al principio», explica Tzu, que también es aficionado al café de Starbucks «porque no todo va a ser el té tibetano de siempre».

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