Hugo Cornellier comenzó en 2006, con apenas 12 años, y ahora tiene 19. El motivo no fue por ser presumido, sino un intento de documentar su propio crecimiento. Recibió de su padre un regalo que, de alguna manera, le iba a cambiar la vida. O al menos a documentarla: un cámara time-lapse. Al mismo tiempo, vio en YouTube un vídeo de autorretratos del fotógrafo Noah Kalina. Y decidió hacer lo mismo: tomarse una foto cada día.