No es fácil parar una obra y menos si es pública. El músico José María Cano lo ha conseguido en Lisboa, donde posee un palacio del siglo XVII en el típico barrio de Graça. Lo más difícil de la capital portuguesa, sin embargo, es encontrar plaza de parking, más aún en barrios históricos como el de Graça; las casas no tienen garaje y las estrechas aceras y calles impiden el estacionamiento exterior.

Graffitis que hasta tu abuela le gustarían. Ana Martins, originaria de Lisboa, que también es conocida como Aheneah, crea estas particulares piezas de arte callejero de estilo punto de cruz de bordado.

Contrastes es la palabra que mejor define la ciudad. Los edificios antiguos con sus azulejos blancos y azules reflejan el sol y le dan una luminosidad particular, ¡no he visto una luz igual en ninguna otra ciudad!

Los organizadores de Capital do Natal dicen que la publicidad es ajena a su empresa y advierten que están estudiando acciones legales

Uno de los monumentos que posiblemente NO verás si algún día vas a Praga es el dedicado a las víctimas del comunismo: un conjunto de esculturas de personas en diversos estados de mutilación que bajan por una escalera en una remota localización del barrio de Malá Strana, en la capital checa. El monumento fue erigido en 2002 en recuerdo a los miles de presos políticos muertos durante la era comunista entre 1948 y 1989, y forma parte de la guía ‘La vuelta al mundo en 80 catástrofes’ que acaba de publicar el colectivo artístico Left Hand Rotation.

Lisboa en menos de dos minutos, en un recorrido por la capital portuguesa a través de los vídeos inspiradores

Estamos acostumbrados a el cine norteamericano mezcle tradiciones y culturas de forma absurda entre distintas zonas de España, pero la nueva superproducción de Netflix con Gal Gadot ha incluido a Lisboa en el paquete. Agente Stone es una nueva aventura de acción y espías de lo más hollywoodiense de Netflix. No le vamos a pedir peras al olmo, que ya sabemos que los estadounidenses eso de la geografía más allá de sus fronteras no lo llevan muy bien. No por nada se llaman norteamericanos como si Canadá y México no les acompañasen en el continente.