“Cuando me abrí el perfil nadie me dijo que esto podría pasar”, protesta el afectado. “Ahora tengo seis hijos, comidas con mis padres, con mis suegros, esto es un sinvivir”, añade.

"Tengo el nobel pero mi mayor premio podrías ser tú", se puede leer en su perfil de Tinder

Configuré su cuenta en Tinder y Bumble y completé su perfil, descripción, etc. en su segundo teléfono. También deslicé e inicialmente chateé con las mujeres que coincidían con el perfil. Mi objetivo era mostrarle cómo hablar con las mujeres para mantenerlas interesadas en él porque su principal queja era que nunca respondían. Pensé en enviar los primeros mensajes y luego dejar que continuara la conversación. Ya han pasado 2 semanas, mi experiencia ha sido una completa basura.

Hilo de Twitter de Jaime Gómez-Obregón, refiriéndose a Tinder, para mostrar las dificultades que se puede encontrar cualquier ciudadano a la hora de enfrentarse a la Administración electrónica en España.

1- No se llamaría Tinder. Se llamaría: — e-person@s 2016 v3.2 para Windows o — AIFRHPIG (Aplicativo Impronunciable de Fomento de las Relaciones Humanas desde una Perspectiva Inclusiva y de Género). Sería ver el logo y tener ganas de llorar. 2- Vendría con un manual de usuario PDF infumable de 188 páginas sin cuya consulta previa sería imposible echarlo a andar. 3- El proyecto costaría 10 millones de euros, 9,5 de ellos en marketing político del Ministerio de Relaciones Humanas. 4- Tendrías que aceptar todas las «cookies» ....

Un usuario usa el bot chatGPT para ligar en tinder.

Por encima de los hombres surferos, las mujeres alpinistas y, en general, los atletas, los hombres extremadamente peludos han experimentado un aumento de popularidad estos días de frío intenso, según ha informado Tinder. “Soy cis hetero, pero Alfonso abriga más que mi mujer”, comenta uno de los usuarios que ha conseguido hacer ‘match’ con un hombre especialmente peludo.

Una selección de títulos que reflexionan acerca de la complejidad de los sentimientos, las relaciones y el sexo. No es de extrañar que en la actualidad las novedades literarias ahonden en el vasto mundo de las relaciones infructuosas y el derrumbe del amor romántico. Si la sociedad ha optado por encerrarse en sí misma y ahora la gente se conoce a través de apps de citas, también hay que naturalizar que el amor en el siglo XXI no sea igual al del siglo XX o el del siglo XIX.

Mientras se recogían patatas, de viaje turístico en otros estados socialistas, en una Casa de la Cultura, en la Biblioteca Estatal Lenin, en un local de baile al aire libre, a bordo de un tren...

“Acabo de regresar de una cita de Tinder en la que el chico me ha dicho que parezco mayor. Me da miedo volver a tener citas, los 42 años es el final para mi”, empieza explicando en un vídeo mientras añade que “No hay más vida después de los 42 años para mi”.

La era de Internet ha cambiado nuestras vidas. Para bien o para mal, está integrado en la sociedad. Podríamos hablar de evolución, la era digital y futuro, cuando la auténtica verdad es que nos hemos vuelto completamente gilipollas.