Benjamin H. Freedman fue uno de los individuos más intrigantes y asombrosos del siglo XX. Nacido en 1890, fue un empresario y político judío ashkenazi estadounidense (convertido al cristianismo) que sabía de lo que estaba hablando porque había pertenecido a los niveles más altos de las organizaciones y maquinaciones judías. Freedman conocía personalmente a Bernard Baruch, Samuel Untermeyer, Woodrow Wilson, Franklin D. Roosevelt, Joseph Kennedy, John F. Kennedy, y muchos otros. Este discurso se realizó en 1961 en el Hotel Willard, Washington DC.

Mientras algunos siguen en la negación, el escritor Benjamín Prado ha recuperado un vídeo de Alberto Núñez Feijóo publicado por una cuenta de Twitter para describir la doble vara de medir de la derecha con la economía: "En 2014, con un 23,7 de paro, Feijóo hablaba de 'optimismo'; en 2022, con un 13,3, habla de 'quiebra'. Yo creo que debe de tener dos bocas y se las va cambiando, según tenga que mentir por los suyos o contra los otros.

"Con Ayuso, una jefa de protocolo se convierte en un portero de discoteca, una residencia de ancianos en un tanatorio y la democracia en un circo. Pobre Madrid, tantas manos acariciando al lobo que se lo come", ha dicho. (tuit original: twitter.com/pradobenjamin/status/1654519469270609920)

Netanyahu durante su comparecencia en el congreso de EE.UU. en 2002: No hay duda alguna de que Saddam busca, trabaja y avanza hacia el desarrollo de armas nucleares. No hay duda alguna. Si eliminan a Saddam, el régimen de Saddam, les garantizo que tendrá enormes repercusiones positivas en la región. El Primer Ministro de extrema derecha de Israel, Benjamín Netanyahu, tiene la costumbre de afirmar repetidamente, sin ninguna prueba, que sus enemigos supuestamente tienen armas de destrucción masiva.

Frente a Washington, Pekín quiere poner en marcha una reorganización del capitalismo mundial centrada en China. Su programa no es frontal: requiere el despliegue de un vasto proyecto contrahegemónico con varias dimensiones. En un estudio detallado, Benjamin Bürbaumer propone que se tomen en serio la estrategia de China y los límites para comprenderla en una Europa que no logra bifurcarse.

La Justicia, lo sabemos e incluso admitimos todos, no puede ser neutral cuando tiene ideología, cuando hablamos tranquilamente de jueces progresistas y conservadores, y la siguiente pregunta cae por su propio peso: ¿puede ser independiente lo que no es imparcial?. La respuesta también parece obvia.