En el espacio posconvergente hay vida más allá de Carles Puigdemont. El problema es las dificultades que tiene para hacerse visible. Mientras uno ha roto todas las amarras con la antigua CDC y ha montado un partido nuevo a su medida, con el que está preparado para concurrir a la cita con las urnas el 14-F, el resto de actores, en cambio, intenta como puede recuperar el legado perdido de lo que fue y representó la extinta CiU en busca de una alternativa que, de momento, no acaba de cuajar.

Miquel Iceta considera que «las constituciones vivas tienen que ser modificadas»

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, será el candidato del PSC para las próximas elecciones de Cataluña, según ha podido confirmar en exclusiva laSexta. Esto ocurre después de que Miquel Iceta haya decido dar un paso atrás y renunciar a la candidatura. Rel: www.meneame.net/story/iceta-propondra-salvador-illa-como-candidato-psc

Salvador Illa confirma en @LaHoraTVE que no se presentará como candidato a las elecciones en Cataluña: "El candidato va a ser Miquel Iceta, que es la persona que está en mejores condiciones para abanderar este cambio". Enlace a vídeo.

Los socialistas han decidido jugar todas sus cartas y apostar muy fuerte en las elecciones catalanas previstas para el próximo 14 de febrero: el actual ministro de Sanidad, Salvador Illa, será el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat y relevará como cabeza de cartel electoral al primer secretario del PSC, Miquel Iceta. La candidatura se formalizará en el consell nacional del PSC de esta tarde, después de que la ejecutiva del partido lo certifique a mediodía.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha asegurado este miércoles que acepta ser el candidato del PSC a la Presidencia de la Generalitat en las elecciones del 14 de febrero para intentar ganar los comicios: "Estoy preparado para presidir Cataluña. Acepto la candidatura". "Me lo tomo como un acto de servicio", ha dicho en su intervención telemática en el Consell Nacional del PSC, que aprobará las listas de los socialistas a las elecciones. Relacionada: menea.me/21lwn

Cuando Salvador Illa llegó al Ministerio de Sanidad, se fue a negociar con otro de los inquilinos del edificio, Alberto Garzón, que le cediera la mesa de despacho que utilizó en su día Ernest Lluch y que le había tocado al titular de Consumo. Con Lluch y el diálogo como referentes, asumió una cartera que ha resultado más pesada de lo previsto. Un año y una pandemia después, vuelve a Catalunya para intentar lo que parece una empresa casi imposible: ser el presidente de la Generalitat.

Según una encuesta del GESOP, el actual ministro de sanidad mejora significativamente los registros obtenidos por Miquel Iceta.

La esperanza que representan JoeBiden y Kamala Harris se tiene que sentir en Cataluña

"El cambio ya ha comenzado", dicen. Porque Biden y Kamala son del PSOE de toda la vida de dios. Al menos Iceta no ha interferido en las elecciones americanas mostrando su apoyo a Biden.

Si la pretensión de Pedro Sánchez es gobernar hasta 2023 apoyándose en la mayoría que hasta ahora le ha respaldado —de la que ERC es una pieza clave—, debería poner velas para que el llamado 'efecto Illa' no llegue tan lejos como para que el PSC gane las elecciones del 14-F. La hipotética victoria del PSC provocaría más bien el obligado reagrupamiento del independentismo para formar un Gobierno de coalición nacionalista. Illa no será presidente de la Generalitat porque no existe un escenario verosímil en el que ERC esté dispuesto a votarlo.

"Superar los bloques es centrar el gobierno, que es un servicio público, en los problemas de la gente. Y ERC sigue planteando una opción política, que es respetable, pero es divisiva. La sociedad catalana no encuentra el punto de consenso en la independencia, sino en reforzar la sanidad, en proteger la salud, en reactivar la economía catalana, en no dejar a nadie atrás. Ahí está el punto de consenso. Ellos mantienen planteamientos divisivos que nos han conducido a como estamos hoy."

Presidentilla tiene muchas caras y su apellido da mucho juego. ¿Cuál es tu palabra favorita?

Junts, ERC, la CUP y PDeCAT suscriben un manifiesto en el que se comprometen a no formar gobierno con los socialistas "sea cual sea la correlación de fuerzas"

Cree que constituye "un error muy grave" y pide el voto para acabar con la "confrontación".

El pacto firmado de los partidos secesionistas que veta cualquier acuerdo de gobierno con el PSC es "la foto de Colón del independentismo". Así se ha referido Illa al documento firmado por JxCat, ERC, la CUP y el PDeCAT en el que se comprometen a no formar ninguna alianza con los socialistas "sea cual sea la correlación de fuerzas" tras los resultados electorales. Echando la vista atrás, al ser preguntado por el pacto del Tinell, Illa reconoció no sentirse orgulloso del documento suscrito en 2003 por el PSC, ERC e Iniciativa per Catalunya.

El PSC se alza con la victoria en votos pero empata con ERC en escaños, y Vox se sitúa como cuarta fuerza y suma más diputados que Cs y PPC. La cosa ha estado muy apretada hasta el final. Con la aritmética resultante, se albergarían dos posibles mayorías, una independentista que configurarían ERC, Junts y la CUP con 74 escaños (4 más que los 70 de los que obtuvieron en 2017 y 6 más de los 68 necesarios), y otra de izquierdas (ERC, PSC y comunes) que lograría los mismos 74 diputados.

El descalabro del PDeCAT, que no ha obtenido representación parlamentaria, frustra la victoria de Junts y le brinda a ERC el liderazgo secesionista. ¿Cómo le habría ido a Junts si no hubiese roto con el PDeCAT en septiembre, meses antes de las elecciones? Si todos los votos que ha obtenido el PDeCAT hubiesen ido a una coalición de este partido con Junts, la candidatura de Laura Borràs hubiese obtenido 35 escaños, ERC 32 y el PSC 31.

Francisco Fernández Ortega, exalto cargo local del PSC en Terrassa (Barcelona), no pisará la cárcel, al menos de momento. El Tribunal de Justicia de Cataluña ha rechazado el recurso de apelación de la acusación particular y confirmado la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, que le conmutó la pena de tres años prisión por trabajos comunitarios tras gastarse 32.000 euros en preservativos, comilonas, viajes y peajes, entre otros.