La propuesta de creación de una renta básica universal (RBU) no es novedosa. De hecho, desde 1986 existe una red europea, la Basic Income Earth Network (BIEN), que tiene como objetivo fundamental impulsar el debate y el análisis sobre esta propuesta (España cuenta con la denominada Red Renta Básica (RRB), como sección oficial de la BIEN). Las principales características de la renta básica universal, que la distingue de otras prestaciones ya existentes en la mayoría de los países europeos, son que los destinatarios son los individuos y no los ho
Muchas personas dependen económicamente de otras y, por lo tanto, tienen que ceder a su voluntad, hasta el punto de actuar de una manera que creen que complacerá al otro, incluso si prefieren actuar de otra manera. Una renta básica individual debilita la opresión inherente de esa situación tan extendida. Uno de los hallazgos de experimentos piloto de renta básica es que después de comenzar a recibir su renta básica algunas mujeres abandonan relaciones abusivas que previamente habían tolerado por dependencia económica.
Los conceptos de libertad e igualdad están muy vinculados a la idea de la renta básica. La idea de renta básica que defendemos está basada en el republicanismo. La concepción de la libertad republicana tiene 2.500 años. Concretamente, el modelo republicano defendido por la mayoría de autores sobre renta básica es el republicanismo democrático. El republicanismo democrático fundamenta que ser libre es estar exento de pedir permiso a otro para vivir o sobrevivir, para existir socialmente. Quien depende de otra personas para vivir no es libre.
Si aceptamos estos tres principios —fortalecer el poder obrero frente al capital, desmercantilizar la fuerza de trabajo y fortalecer el poder social sobre la actividad económica— como criterios para movernos del capitalismo hacia el socialismo, podemos ver que una renta básica favorece todas ellas. Una renta básica dotaría de más poder a los trabajadores para hacer frente a las presiones de la patronal. Proporcionaría un colchón de seguridad para poder enfrentar con menor vulnerabilidad circunstancias como el despido y la huelga.
La reducción de la precariedad laboral favorece la salud mental de toda la población. Pese al escepticismo que existe con respecto a la implantación de una Renta Básica, economistas de renombre afirman que sería posible gracias a una reforma fiscal. La RBI podría ser el comienzo de un modelo de vida más democrático, sostenible y saludable.
Los estudios han demostrado que muy pocas de las personas que reciben una renta básica abandonan el mercado laboral y han revelado incluso que la renta básica estimula la iniciativa empresarial, lo que, a la larga, supondría la creación de más empleo en el futuro. La realidad es que la mayoría de la gente quiere contribuir a la sociedad. Si podemos proporcionarles una seguridad económica básica, encontrarán la manera de hacerlo. No sólo eso, sino que la garantía de un ingreso fijo puede hacer que seamos trabajadores más felices y productivos.
La mayoría de los ciudadanos de la Unión Europea apoya recibir una renta básica universal que permita hacer frente a los impactos de la covid-19, según una encuesta de Movemos Europa y YouGov. En España, el 68 % de los ciudadanos apoyan dicho ingreso, cifra que asciende hasta el 72 % cuando se les pide sopesar el impacto socioeconómico de la pandemia. Los españoles encuestados consideraron que un ingreso básico proporciona seguridad financiera (44 %), menos ansiedad por el futuro (40 %) y la posibilidad de centrarse en tareas no remuneradas.
No hemos conseguido acabar con la pobreza y esto ha de obligarnos a replantearnos que las rentas condicionadas no están siendo una solución al conjunto de problemas de precariedad, de pobreza. Y, por tanto, tenemos que dar un paso más y este paso es una propuesta tan interesante como la renta básica. Puede acabar con la pobreza desde el punto de vista económico, y puede ayudar a que las personas tengan más libertad a la hora de poder planificar sus vidas; de poder hacer otras cosas que no pasen siempre por el empleo cada vez más precario.
La idea de una Renta Básica Universal (RBU), el pago de un salario básico mensual a cada persona en un país, lleva tiempo circulando, y ha ganado fuerza durante esta crisis sin precedentes. Se han realizado algunas pruebas aisladas en el pasado, en zonas o ciudades específicas y durante un tiempo limitado. Pero a pesar de su popularidad en algunos círculos, nunca se ha adoptado en un país como política universal
Julen Bollain, economista e investigador en Renta Básica, resalta que el Ingreso Mínimo Vital está fracasando estrepitosamente y las consecuencias de su mal funcionamiento condenan a muchas familias a la más absoluta vulnerabilidad. En el fondo, el problema reside en si se quiere o no terminar con la pobreza. Los modelos actuales en España no lo consiguen y hacen que las personas sean dependientes de las ayudas oficiales, es decir en manos de los gobernantes. Bollain defiende que implantar la Renta Básica Universal puede evitar estos problemas.
“Una vida política libre, republicana, es incompatible con la existencia de magnates”, algo muy parecido a lo que Louis Brandeis, Juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos de 1916 a 1939, anunció: “podemos tener democracia o podemos tener riqueza concentrada en pocas manos, pero no podemos tener ambas cosas”. Las grandes riquezas son una amenaza para la libertad de la inmensa mayoría que no es rica. Los grandes poderes privados tienen la capacidad de disputar la autoridad del Estado e imponer a los ciudadanos lo que deben hacer.
Daniel Raventós es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, editor de la revista política internacional Sin Permiso, presidente de la Red Renta Básica y miembro del comité científico de ATTAC. Raventós defiende que un Estado republicano debe intervenir activamente para que la neutralidad sea un hecho, y no una superficial consigna de “equidistancia entre los distintos proyectos de buena vida". La neutralidad republicana significa intervención activa, no tolerancia pasiva y que gane el más fuerte.
Una Renta Básica universal europea, sin condiciones y para todas las ciudadanas y ciudadanos es una propuesta que puede parecer atrevida pero es cada vez más necesaria, no sólo para superar la grave crisis actual, sino para dar un vuelco a las desigualdades e ineficacia provocadas por el actual sistema de ayudas condicionadas que no sirven para evitar que la gente caiga en la pobreza. Esta iniciativa pone sobre la mesa la vertebración de una seria y verdadera política común de apoyo a las personas y no de los grandes capitales.
La pandemia de la COVID-19 ha aumentado aún más la brecha entre la minoría a la que le va bien y la mayoría a la que les va francamente mal. Las clases medias se están hundiendo porque los trabajos son cada vez más escasos, más precarios, y lo que antes servía para ganarse la vida con dignidad, ya no sirve desde inicios de este siglo. Ante este panorama catastrófico, en el que casi el 40% de la población activa está en situación de pobreza o en riesgo severo de estarlo en pocos meses, la renta básica se presenta como una medida ineludible.
La idea de ofrecer una renta básica es muy antigua. Esta renta debe cubrir las necesidades fundamentales y actuar como amortiguador, de forma que, pase lo que pase, una enfermedad, un desastre natural, una pandemia o un despido, tengas fondos suficientes para sobrevivir. La renta básica es universal y no depende de criterios como el salario o el patrimonio. Es individual e incondicional, lo que significa que no es necesario cumplir ningún requisito. Es un medio para ayudar a la gente a costear las necesidades básicas.
La pandemia del Covid ha puesto de manifiesto de forma cruenta las desigualdades en nuestra sociedad dejando también patente la falta de flexibilidad en las respuestas y las dificultades para implementar actuaciones que sean efectivas en la lucha contra la pobreza. A pesar de los esfuerzos, creemos que ha llegado el momento de poner sobre la mesa la implementación de la renta básica, como herramienta para hacer de la nuestra una sociedad más justa pero también para recuperar la noción de libertad como noción vertebradora de nuestra libertad.
Los subsidios condicionados no sólo son insuficientes sino que exigen haber caído en la miseria. Con la renta básica como derecho de ciudadanía se garantiza la existencia material de entrada, por el solo hecho de ser ciudadano, en un mundo cuya riqueza ha sido producida socialmente y conviene repartir sin exclusiones, para que todas las personas se encuentren en una realidad social que les permita elegir su proyecto de vida sin tener que someterse al poder económico de terceros. Esto es elevar el nivel de libertad efectiva de toda la población.
La ILP ha alcanzado las 10.000 firmas exigidas por la ley antes de la fecha límite, el 7 de enero de 2022, y sus promotoras, 16 personas de trayectorias y asociaciones diversas enmarcadas en el activismo, entregarán el próximo 4 de enero el total de las rúbricas a la cámara autonómica
Los datos en los que salen perjudicadas las mujeres se suceden año tras año. No hace falta esperar cada año a que se acerque el 8 de marzo para conocerlas. Transformar de verdad la sociedad y trabajar para una renta básica universal que ponga freno y revierta, en parte, esa insoportable desigualdad contra las mujeres es cada vez más necesario, si queremos avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.
Las rentas mínimas y similares no solo no funcionan, sino que no funcionarán nunca tal como están pensadas, y la única solución contra la pobreza, es decir, contra la desigualdad, es la implantación de una renta básica universal.—Sara Mesa
Esta crítica es habitual. Con una RB la gente no trabajaría, acostumbran a decir algunos de sus críticos. Los experimentos realizados en distintos lugares del mundo a lo largo de los últimos años (en Namibia, India, Barcelona, Finlandia) muestran que esta crítica no se basa en hechos sino en perjuicios. En cualquier caso, acostumbra a preocupar a algunos críticos de la RB que los pobres puedan “perder los incentivos” para buscar otras fuentes de renta, en cambio los ricos, por mucho dinero que tengan, parece que nunca pierden estos incentivos.
Ya han pasado 8 meses y la ley de ingreso mínimo vital no funciona y es probable que no llegue a sus objetivos que ya eran escasos en ambición. Ha llegado el momento de hacer un cambio radical en el enfoque y pasar a una estrategia de vacunación: a quien la pida que se la den, una renta básica universal. Esto no quiere decir que sea dinero gratis para quien no lo necesita. Todos deberán declarar los ingresos que tengan, públicos y privados, en la declaración de renta de 2022 y devolver dinero si los ingresos superan el umbral de la renta básica
Existen dos tipos de políticas que persiguen acabar de forma rápida y eficaz con la pobreza de nuestras sociedades: la Renta Básica Universal y el Trabajo Garantizado. La primera consiste en que el Estado entrega una renta monetaria a todo el mundo sin excepción, mientras que la segunda consiste en que el Estado garantiza un empleo digno y remunerado a todo aquel que quiera y pueda trabajar. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de cada una de estas medidas? Pues eso es lo que exploramos en este vídeo atendiendo a la literatura existente.
La Generalitat ensayará un Plan Piloto que se sumará a los más de 200 proyectos en todo el mundo que han tratado de estudiar la viabilidad de la RBU. Durará dos años y Cataluña lanza un programa piloto de renta universal de 800 euros por adulto y 300 por menor. Afectará a 2.500 personas previamente seleccionadas y otras 2.500 elegidas aleatoriamente y está dotado con alrededor de 40 millones de euros por año.
El gobierno italiano ha cumplido su promesa: retirar la Renta de Ciudadanía "a los que pueden trabajar". Se trata de un pago modo de Ingreso Mínimo Vital que recibían algunas familias consideradas vulnerables hasta que encontraran un empleo.