La cosa con plumas (correspondencia profesional)

León, 14 de noviembre de 2006

Querido Juan:

Esa cosa con plumas que habéis encontrado en las excavaciones de Mileto no es el sujetador de Cleopatra, te pongas como te pongas.

Bien está ya que encontraseis en América un barco egipcio para confirmar las teorías de los mormones, o aquella losa sepulcral de Inglaterra que demostraba de manera indiscutible que Bill Gates es descendiente directo del rey Arturo, pero esto no. Esto ya es salirse de madre.

Por muy prestigioso que sea tu equipo, por llenos que estén los museos de piezas indiscutibles rescatadas por vosotros, me parece que esta vez te pasas. Y no me vengas con que la industria del sostén quiere darle un empujón al producto y ha puesto sus buenos cuartos para disipar las dudas. Esto no: esto ya nos hunde en el desmelene a todos los de la profesión. Cualquier día vendrás a decirme que san Pedro tenía un BMW porque has encontrado el logo en una catacumba, y no me parece serio.

O somos un poco dignos, sólo un poco, o nos vamos todos a tomar por saco.

Cuida un poco de nuestro trabajo, que nos ha costado mucho tiempo y mucho esfuerzo que nos consideren algo más que traperos y saqueadores.

Un abrazo.

Antonio.

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Baltimore, 19 de noviembre de 2006 

Querido Antonio:

Sabes de sobra el amor que le tengo a mi trabajo, que es también el tuyo, y los años que llevo dedicado a esto. Sabes también que no he perdido el tiempo, y no tienes inconveniente en reconocer que los museos se llenan con piezas auténticas rescatadas por mi equipo.

Entiende entonces que una tontería de cuando en vez, para conseguir fondos y atención de la prensa, es un precio muy pequeño por poder seguir el verdadero trabajo. Si Microsoft pone dinero para seguir trabajando en lo que nos interesa a todos, hago descendiente a su propietario no ya del rey Arturo, sino del mismísimo rey Midas. Si los mormones quieren un barco en América y lo pagan, o si la BMW quiere su logo en una catacumba, lo cierto es que me la bufa. Se los pongo y listos.

Mientras los gobiernos y los gobernados no sean capaces de interesarse por la verdadera cultura, pues les daremos circo. De cuando en cuando, esas pequeñas estupideces mantienen abiertas las excavaciones y a mi gente trabajando. Lo contrario es muy digno, muy ético y perfectamente inútil para la ciencia, para la historia y para todo. Dentro de diez años, o de menos incluso, sólo quedará de todo esto lo que de verdad se haya podido avanzar en el conocimiento de la antigüedad. De lo otro, quizás una reseña en una antología de curiosidades, y gracias.

O sea que no me vengas con monsergas y dedícate a buscar dinero como sea para tu proyecto, que todo es mejor que quedarse en casa gruñendo contra lo malos que son todos. Haz como yo.

Yo no soy el que crea a los idiotas: simplemente los exploto.

Un abrazo también

Juan