Estamos en la era de la desinformación, y aunque no hemos llegado a puntos distópicos sí que esta se ha convertido en una preocupación de las principales potencias mundiales. Esta desinformación suele atacar, sobre todo, ante causas sociales o sucesos políticos, intentando deformar la información para favorecer a un bando o a otro. Esto está ocurriendo con las protestas en Hong-Kong. China se está encargando mediante medios locales y propaganda de deslegitimar estas protestas calificándolos como separatistas radicales. Las opiniones acerca de