En los Emiratos Árabes Unidos muchos trabajadores tienen problemas para contactar con sus familias a diario. Las llamadas son caras y apenas pueden hablar unos segundos, algunos días ni siquiera eso. Por este motivo Coca-Cola ha querido ayudar creando unas cabinas de teléfono que aceptan como pago tapones de sus botellas, pudiendo disfrutar de 3 minutos por cada tapón.

Gracias a la impresión 3D junto a componentes electrónicos, un equipo de investigadores ha creado un tapón que detecta cuándo la leche está en mal estado.

Se colocan en la oreja como unos auriculares cualquiera, con una pieza que se acopla en el interior del oído. No llevan baterías ni electrónica alguna: funcionan como unos tapones para los proteger los tímpanos, pero con un mecanismo de control (que evita tener que estar poniéndoselos y quitándoselos). Son más cómodos y mucho más estéticos y nos permiten controlar el volumen del ruido ambiental gracias a cuatro configuraciones diferentes.

La startup holandesa 'Knops' ha creado unos tapones para los oídos que nos permiten ajustar el volumen de los sonidos del mundo exterior, como las bocinas de los automóviles, la música de una fiesta o, lo más molesto de todo, a los bebés que lloran durante un vuelo.