Un piloto y copiloto saltan en paracaídas de un Boieng 727 que sobrevolaba el desierto de México. El avión estaba vacío y listo para el impacto. Es la prueba más cara que se ha hecho hasta ahora en la historia de la aviación, ya que sólo este avión cuesta 140 millones de euros y cada 'dummy' que simula un pasajero 150.000.