La inmensa fuerza del mar y los océanos, su bravura y el incesante ir y venir de las olas, nos acompañan día tras día, año tras año. ¿Por qué no aprovechar este movimiento constante y de enorme magnitud para producir energía eléctrica? Algunos países especialmente comprometidos con la conservación del medio ambiente ya han puestos sus miras en este tipo de energía sostenible, limpia e inagotable como magnífica opción para suministrar corriente eléctrica no solo a la industria sino, en un futuro no muy lejano, al ciudadano de a pie.