Leinier Cruz, informático guantanamero de 34 años, se ubicaba todas las noches en las afueras del Hotel Martí, compraba una tarjeta de acceso a internet llamada Nauta, con un costo de alrededor de US$4,50 la hora, y desde su computadora portátil compartía de forma inalámbrica su conexión con otros usuarios que frecuentaban el lugar. Las personas que se beneficiaban de la conexión a internet le daban a Leiner una colaboración monetaria para entre todos poder costear el precio de la tarjeta.