Sigo vaciando las cajas de la mudanza: acabo de vaciar tres cajas más, la vajilla que he colocado cuidadosamente en el aparador.
No recuerdo qué familiar en concreto nos regaló esta vajilla, pero tuvo que ser alguien muy optimista para permitirse suponer que una pareja de recién casados con un piso normalito le iba a dar mucho uso a una vajilla de porcelana fina de doce servicios, con veinticuatro platos llanos, doce platos hondos, otros tantos platos de postre, tres bandejas, salsera, sopera, ensaladera, jarra para café, jarra para leche, doce juegos de café con sus respectivas tazas y platillos, y media docena de piezas más que no sé ni para lo que sirven.
Ni teniendo la familia más unida del mundo hubiéramos usado esta vajilla más allá de alguna cena de nochebuena, y eso aún suponiendo que hubiésemos cabido doce personas en casa a comer cuando la cocina es básicamente un pasillo con muebles a un lado. Huelga decir después de sobrevivir a cuatro mudanzas y un matrimonio la vajilla está aún con las láminas protectoras de polietileno de origen y sin estrenar.
No me extraña que ahora en las bodas den directamente el número de cuenta y no quieran regalo.
@Wayfarer Bueno, con tanto plato ya no tendréis que reponer más en lo que os queda de vida. No es necesario que los uséis todos de golpe al mismo tiempo, sino ir sacando conforme se van rompiendo platos y tazas.
@Golan_Trevize Quiá, es una de esa vajillas finas que no puedes usar a diario... Para diario ya tengo una de esas Duralex de vidrio marrón heredada de la abuela que no se rompe ni aunque lo intentes.
No recuerdo qué familiar en concreto nos regaló esta vajilla, pero tuvo que ser alguien muy optimista para permitirse suponer que una pareja de recién casados con un piso normalito le iba a dar mucho uso a una vajilla de porcelana fina de doce servicios, con veinticuatro platos llanos, doce platos hondos, otros tantos platos de postre, tres bandejas, salsera, sopera, ensaladera, jarra para café, jarra para leche, doce juegos de café con sus respectivas tazas y platillos, y media docena de piezas más que no sé ni para lo que sirven.
Ni teniendo la familia más unida del mundo hubiéramos usado esta vajilla más allá de alguna cena de nochebuena, y eso aún suponiendo que hubiésemos cabido doce personas en casa a comer cuando la cocina es básicamente un pasillo con muebles a un lado. Huelga decir después de sobrevivir a cuatro mudanzas y un matrimonio la vajilla está aún con las láminas protectoras de polietileno de origen y sin estrenar.
No me extraña que ahora en las bodas den directamente el número de cuenta y no quieran regalo.
#TrueStory #HechosReales