Una visión objetiva de la esclavitud

Una interpretación materialista de la historia basada en reliquias y relatos.

En una carta escrita por Carlos Marx a Pável Vasílievich Annenkov el 28 de diciembre de 1846 en Bruselas mientras concebía la “Miseria de la filosofía” tras leer “Sistema de las contradicciones económicas, o Filosofía de la Miseria” del señor Pierre Joseph Proudhon, para defender la teoría del comunismo científico contra los ataques del filósofo y economista pequeñoburgués francés anarquista haciendo la critica de las ideas expresadas por Proudhon en su obra, idealizando la pequeña propiedad, aspirando a eternizarla y soñando, no con la destrucción del capitalismo y su base y la producción mercantil, sino sólo con mejorar, perfeccionar y reformar el capitalismo.

En dicha, Marx expresó una serie de ideas que más tarde habían de servir de base a su libro contra Proudhon y de la cuales cabría resaltar la visión objetiva de Marx sobre la esclavitud y confrontar dicha visión materialista contra la visión idealista (alejada de la realidad) que se intuye detrás los fenómenos que se están produciendo actualmente en Estados Unidos. A continuación se incluye el contenido más pertinente de dicha correspondencia:

Ahora le daré un ejemplo de la dialéctica del señor Proudhon.

La libertad y la esclavitud forman un antagonismo. No hay necesidad de referirse a los lados buenos y malos de la libertad. En cuanto a la esclavitud, huelga hablar de sus lados malos. Lo único que debe ser explicado es el lado bueno de la esclavitud. No se trata de la esclavitud indirecta, de la esclavitud del proletario; se trata de la esclavitud directa, de la esclavitud de los negros en Surinam, en el Brasil y en los Estados meridionales de Norteamérica.

La esclavitud directa es un pivote de nuestro industrialismo actual, lo mismo que las máquinas, el crédito, etc. Sin la esclavitud, no habría algodón, y sin algodón, no habría industria moderna. Es la esclavitud lo que ha dado valor a las colonias, son las colonias las que han creado el comercio mundial, y el comercio mundial es la condición necesaria de la gran industria mecanizada. Así, antes de la trata de negros, las colonias no daban al mundo antiguo más que unos pocos productos y no cambiaron visiblemente la faz de la tierra. La esclavitud es, por tanto, una categoría económica de la más alta importancia. Sin la esclavitud, Norteamérica, el país más desarrollado, se transformaría en un país patriarcal. Si se borra a Norteamérica del mapa de las naciones, tendremos la anarquía, la decadencia absoluta del comercio y de la civilización moderna. Pero hacer desaparecer la esclavitud equivaldría a borrar a Norteamérica del mapa de las naciones. La esclavitud es una categoría económica y por eso se observa en todos los pueblos desde que el mundo es mundo. Los pueblos modernos sólo han sabido encubrir la esclavitud en su propios países e importarla sin ningún disimulo al nuevo mundo. [...]

Volviendo a los fenómenos que están ocurriendo en Estados Unidos de América del Norte, cabría relacionarlos con el funcionamiento de una pluralidad de instituciones de la nación americana como la policía (y su brutalidad a la hora de operar), el racismo del pasado, el racismo del presente, el grupo activista “Black Lives Matters” y pareciera que a primera vista se soportaran en ciertas ideas filosóficas posmodernas que parecen estar en la base de una especie de revisionismo histórico no académico y pseudocientífico el cual parecería ser una simple reducción psicológica con el objetivo de aplicar un calmante en forma de analgésico psicológico a las doloridas personificaciones de las almas (mentes o psikés) de los agitados manifestantes no respetando el espíritu crítico ni la neutralidad de la perspectiva materialista de la historia en la relación con las fuentes consideradas básicas en el trabajo del historiador, más aún cuando parece planear la idea de obtener una ventaja política en el presente para el Partido Demócrata de EEUU explotando tácticamente estos acontecimientos para intentar obtener una posición electoral fuerte y compensar la debilidad del candidato en vista de unas elecciones contra Trump que están a la vuelta de la esquina.

Desde una perspectiva materialista de la historia no se puede si no triturar y poner en evidencia este evidente caso flagrante de revisionismo no académico y pseudocientífico el cual busca instrumentar políticamente no un relato del pasado haciéndolo pasar por historia no respetando la neutralidad y el espíritu crítico en la relación con las fuentes históricas para obtener una ventaja política en el presente en un intento de borrar o reescribir la historia de la esclavitud mediante la eliminación de las reliquias en forma de estatuas y de los relatos asociados a los personajes históricos implica no comprender la política ni la economía —ya que la economía siempre es política— y sobretodo no comprender la historia universal. Más aún es imperdonable intentar corromper las materias que usan los historiadores (Reliquias y Relatos) para la construcción de la «Historia fenoménica» que nos lleva al entendimiento.