La educación como patada en el culo

Cuando crees que has descubierto el funcionamiento de algo, siempre viene alguien y te propone otro punto de vista. Y como me considero de esa clase de gente que no mantiene una idea fija, sino que va aprovechando lo que escucha, y aprendiendo de los que conocen mejor la realidad, creo que me doy por convencido. Os cuento.

¿Por qué demonios se va rebajando cada vez más el nivel académico? ¿Por qué insisten tanto en dar el título de bachillerato con asignaturas suspensas? ¡Por qué insisten tanto en pasar a la gente de curso con N suspensos, y evitar a toda costa que los peores alumnos repitan curso?

Yo pensaba que era por simple menosprecio a esa gente, porque los ignorantes no crean problemas a los políticos, o para dar ventaja a los que pueden pagarse una enseñanza mejor. Pero resulta que no hay que buscar filosofías cuando el dinero tiene una respuesta: se hace porque sale más barato.

Un repetidor es un tío que ocupa una plaza y que va a suponer un coste durante un año más. ¿Y si lo subimos hacia arriba de una patada en el culo? ¿Y si le damos un título cualquiera y que se busque la vida con una empresa que lo contrate o con unos padres que lo mantengan? Pues cojonudo: lo que era un coste para el sistema educativo, o sea un coste público, se convierte en un coste para su empleador o para su familia, o sea, un coste privado. Así que no hay duda: patada hacia arriba, sacarlo cuanto antes del sistema y que el coste lo asuma otro. Su puta madre, por ejemplo.

Cuando la enseñanza es obligatoria hasta una determinada edad, lo que no vale la pena, según esta tesis, es prolongar el periodo educativo de esa gente uno o dos años más, sólo para que salgan mejor formados. ¿A quién carajo le importa eso? Que salgan formados bien o mal, pero que salgan cuanto antes.

Un suspenso es una ruina. Un suspenso significa sitio, recursos, profesores, laboratorios, esfuerzo empleado en una persona que tiene dificultades para asimilar los contenidos curriculares o carece de interés. ¿Cómo es que nos permitimos suspender a alguien? Nada de eso: que lo ponga en la calle el arriesgado empresario que lo contrate, o que lo rechacen en un entrevista tras otra, pero que se largue cuanto antes, ya sea aprobándole de cualquier manera o poniendo fin a su ciclo académico con triquiñuelas. El método es indiferente. Lo que importa es el fin: que se largue con viento fresco cuanto antes.

Esa es la nueva técnica, y están todos tan contentos. Genera alegría. Genera satisfacción. Evita broncas y reduce gastos. ¿Quién se va a quejar de algo así?

Pues hale: a tomar por culo. Patada a seguir y el que se lo encuentre en su camino que lo eche a fuera de banda. Si quiere. Y si no, que se lo coma. No hay problema.