Desde el año 2014 existen indicios de mejoría que afectan a diversas variables económicas y de empleo. Pero las condiciones de vida y los derechos sociales y laborales de la mayoría social todavía están peor que en el comienzo de la crisis. Los recortes sociales no se han revertido en lo sustancial. A pesar de algunas tendencias favorables, su impacto regresivo es mayoritario y persistente, aunque su dimensión sea distinta para diferentes segmentos y se consolide un sector más empobrecido en situación de emergencia social.
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