En un 1998 histórico para la industria de los videojuegos, Metal Gear Solid supuso una revolución: el título de espionaje táctico de Konami sentó cátedra a la hora de expandir las experiencias y sensaciones que podían ofrecerse a través de la televisión y los propios mandos. Y, en el proceso, superó en calidad -y con holgura- la mayoría de exitos palomiteros Made in Hollywood a los que tan descaradamente homenajeaba Hideo Kojima.
|
etiquetas: metal gear solid , hideo kojima , clásicos , psx