¿Y si no somos los buenos?

Una guerra estalla otra vez en Europa. Rusia invade a sus vecinos y hermanos ucranianos. La tragedia nos toca cerca esta vez.

Europa envía armas a Ucrania por valor de 500 millones con cargo al fondo para la paz.

www.newtral.es/fondo-europeo-apoyo-paz-ue/20220301/?amp

Nuestros impuestos financiarán el armamento con el que un varón ucraniano entre 18 y 60 años será obligado a luchar contra la invasión rusa.

www.meneame.net/story/hombres-entre-18-60-anos-tienen-prohibido-abando

Una guerra que tendrán muy difícil ganar, por no decir imposible. Su única posibilidad es resistir a toda costa en una guerra de guerrillas urbana. Aunque ello suponga la destrucción del país. Ese parece que es el camino que han decidido los líderes ucranianos y para lo que están recibiendo la ayuda europea.

Putin, o más bien sus mandos militares, son conscientes de esto y se están tomando su tiempo en la toma de las ciudades. La guerra, pues, parece que va para largo.

La esperanza, infundada a mi modo de ver, es que Rusia no soporte las presiones económicas ni el coste de la guerra. Teniendo experiencias recientes en guerras largas y llevando ya un tiempo con las medidas económicas más severas adoptadas contra ellos (estas no empezaron con la guerra, sino mucho antes), parece algo atrevido pensar que Rusia detendrá la invasión por estos motivos.

www.elconfidencial.com/mundo/2018-09-03/rusia-sanciones-efectividad-uc

Todo hace prever que los varones ucranianos se matarán durante largo tiempo con el equipamiento financiado por la población europea. Y todo ello con poca esperanza de victoria y a un alto coste en la infraestructura del país.

El bloqueo ejecutivo de medios de comunicación se hace una realidad en Europa, como si fuéramos una dictadura más, como si fuéramos rusos y nos gobernase Putin.

www.meneame.net/story/bloqueo-rt-sputnik-sienta-grave-precedente-dudos

Hay quién dice que estamos en guerra, y que hay que tomar medidas. Pero quien está en guerra son los ucranianos, que ven volar sus edificios, sufren los tiros, las explosiones y ponen los muertos. El resto de Europa sólo estamos indignados con los invasores rusos.

Como en todas las guerras, algunos hacen grandes negocios. Es innegable cuando vamos a echar gasolina o a hacer la compra. Reconstruir un país también es un jugoso negocio, como lo es la venta de armas. 500 millones que no recibirán refugiados y demás personas que necesitan ayuda. Después de una pandemia, todo suma.

elpais.com/elpais/2014/11/11/3500_millones/1415685600_141568.html

Palabras como paz, desescalada o diálogo prácticamente han desaparecido de los medios. Esos medios que todos están tan interesados por controlar. Esos medios que abrazan si pudor la doctrina del shock, dificultándonos reflexionar.

Los políticos ya empiezan a vendernos que se avecinan tiempos difíciles, que estar en guerra no es fácil. ¡Que se lo digan a quien obligan a coger un fusil!

Me pregunto ¿qué hace Europa, adalid de los derechos humanos y faro de la civilización, para detener esta guerra? Poner sanciones y facilitar armamento. Es como apagar el fuego con gasolina. Parece que no le interesara que el conflicto se acabe, siempre que esté en territorio ucraniano.

Veo a Josep Borrell en la TV y me recuerda a Javier Solana, me vienen recuerdos de otra guerra, también en territorio europeo y en la que queríamos hacer la paz. Empezamos bombardeando una televisión.

elpais.com/diario/1999/04/24/internacional/924904801_850215.html?outpu

Tengo claro que la invasión rusa es ilegítima, inmoral y execrable. Ellos son los malos, sin ninguna duda. Como en toda película de Disney hay buenos y malos, así que por descarte nosotros somos los buenos. El problema es que hace mucho que no veo películas de Disney y esto me hace preguntarme:

¿Y si no somos los buenos?