El proceso de poder. Un concepto escurridizo

Existen ya un par de traducciones al español del Manifiesto de Unabomber, titulado en realidad "la Sociedad Industrial y su Futuro", de Theodore Kaczynski, y ninguna me ha dejado satisfecho. Lo cierto es que, fuera de que esté de acuerdo o no con su contenido (en parte sí y en parte no), creo que es un texto al que merece la pena acercarse con la mente abierta y me he propuesto crear, poco a poco, una nueva traducción.

Y en ese empeño me he encontrado con el escurridizo concepto del proceso de poder.

¿Qué es eso? ¿Podría traducirse como la realización personal? Me parece que se acerca, pero no.

El proceso de poder, y escribo aquí sobre ello a ver si alguien tiene una idea mejor, es la progresiva adquisición por el individuo de la conciencia de sus propias fuerzas. Algo así como el proceso de hacerse mayor, crecer, y saberse adulto y dueño de la propia vida.

A medida que avanzamos en las etapas de nuestra vida vamos pudiendo hacer, y deseando hacer, cada vez más cosas por nuestra cuenta, hasta que en un momento dado llegamos a la plenitud de ese proceso y podemos considerarnos completos como personas.

Para Kaczynski, uno de los mayores problemas de la sociedad industrial es la dificultad del ser humano para completar el proceso de poder. Según él, las necesidades humanas pueden clasificarse en tres tipos:

1-Aquellas que pueden ser satisfechas con poco o ningún esfuerzo.

2.- Aquellas que pueden ser satisfechas con un mediano o gran esfuerzo.

3-Aquellas que no pueden ser satisfechas cualquiera que sea el esfuerzo que hagamos.

El problema de la sociedad industrial es que trata de conducir todas las necesidades a los grupos uno y tres, reduciendo en todo lo posible las correspondientes al grupos dos. Y esto estorba nuestro proceso de poder, convirtiéndonos en infantiles, en inmaduros y en frustrados.

O dicho de otra manera: estamos diseñados para cazar nuestra comida y nos encontramos la carne en una bandeja del supermercado, lo que nos empuja a consumir nuestras fuerzas sobrantes en el gimnasio, Menéame o los videojuegos.

¿Qué puede salir mal?