¿Siempre un NO es NO?

Estamos en una época en la que los buenos no se distinguen por la calidad, sino por la valentía, así que vamos allá.

Resulta que tengo un gran grupo de amigas lesbianas. Da igual por qué. Para que os hagáis una idea, son más de diez y menos de cuarenta. Hay confianza. Buen rollo.

En un debate cualquiera, en cualquier barra de bar, salió un día le tema del NO es NO, y aunque es algo en lo que, parece, no hay mucho que debatir desde el punto de vista filosófico, el momento práctico trae algunas imprecisiones cuando hablamos de relaciones entre mujeres.

Porque resulta, sorpresa, que las chicas lesbianas eran más tolerantes con este asunto que los varones heterosexuales y que esto, alucina, se debía a que en su su ambiente, era más común escuchar eso que llaman " el no con la boca pequeña" que relacionándose con varones heterosexuales.

Ojiplático me quedé con el argumento.

Según parece, entre los tíos entendemos mayoritariamente la idea de que una chavala haya podido cambiar de opinión, no le apetezca, tenga miedo a quedarse embarazada, sea su primera vez y le dé miedo, o cualquier otra consideración. Hay de todo, obviamente, pero a la mayoría nos parece repulsivo ejercer de violador.

Entre las lesbianas, en cambio, según su propia versión, se descarta el miedo a la primera vez, se descarta el miedo al embarazo, y se entiende demasiado a menudo que el NO significa solamente rechazo al acto homosexual, por lo que se insiste una y otra vez con argumentos del tipo:

-No pasa nada, tienes que probar...

-Verás cómo te va a encantar. Relájate.

-Libérate de prejuicios machistas. Disfruta de ti misma...

-Mi cuerpo es como el tuyo y sé lo que te gusta,. No seas tonta...

-Etc.

Y tras muchos noes, un número de noes que sería impensable para una relación heterosexual, desisten. Porque el NO se considera homofóbico, no de rechazo.

Eso es lo que ellas mismas cuentan, sobre todo en los casos en que se trata de la primera relación homosexual para una chica que hasta ese momento había sido hetero.

También reconocen haber escuchado el NO más de una vez y más de dos, en estas mismas circunstancias, llevando el asunto a un SI consentido tras cierto grado de insistencia, mano izquierda, cariño, insistencia o como se le quiera llamar.

Pero lo justifican, en general, como reacción a las lógicas dudas producidas por el patriarcado reinante, el rechazo a la relación homo o no sé qué. Es decir: el NO p`rocede de la homofobia más que dde la falta de ganas.

Este es el testimonio que he recibido en confianza.

Quien tenga otro, que lo aporte.

Y si alguien aporta luz, bienvenida sea.