Mi solución al conflicto catalán

Mi propuesta de solución, como es obvio, no contentará a todo el mundo, incluso puede que no contente a nadie, pero creo que es una solución que podría ser aceptable tanto para los nacionalistas, como para los ciudadanos de izquierdas o derechas.

Parto de la base de que yo no soy nacionalista, de hecho me posicionaría como antinacionalista. Creo que el nacionalismo y el independentismo es egoísta, insolidario y retrógrado. No entiendo como nadie puede considerarse nacionalista y a la vez de izquierdas. La izquierda siempre ha sido internacionalista. Yo creo en una sociedad global, me siento más afín al europeísmo y creo que el progreso es acercarnos a ser ciudadanos del mundo.

Dicho esto, paso a realizar mi propuesta de solución al conflicto catalán (y vasco, y gallego, y valenciano, y canario y andaluz, y...)

La primera premisa de mi propuesta es el máximo respeto por la legalidad vigente. Ninguna solución vendrá por la vía de la fuerza ni de la desobediencia a las leyes. No se trata de judicializar la política, sino de hacer política dentro de la ley. Los nacionalistas catalanes han reclamado diálogo y negociación. Y esta es mi premisa básica. Se trata de un problema político que debe negociarse dentro de la ley. Hay que reconocer que España es un estado democrático y de derecho, mejorable, pero con un alto nivel de libertad y seguridad jurídica. Calificar al Estado español de fascista o dictatorial, acusarlo de incumplir los derechos humanos o asegurar que la justicia está politizada no es realista, ni es la mejor manera de sentarte a negociar con aquellos con los que quieres alcanzar un acuerdo. Pues bien, si hay que negociar dentro de la ley para lograr un referéndum de independencia legal, estamos hablando de que hay que negociar una reforma de la Constitución que requiere el acuerdo de 2/3 de las cámaras y su aprobación en referéndum por parte de todos los españoles.

La segunda cuestión que creo que tenemos que tratar es sobre el concepto mismo de negociación. Creo que es un concepto que los independentistas catalanes no tienen claro. En una negociación se ofrece algo a cambio de algo. Por ejemplo, imaginemos que yo quiero negociar con mi jefe un aumento salarial, tendré que ofrecerle algo a cambio de ese incremento. Podría ofrecerle el compromiso de traer nuevos clientes a la empresa. O podría ofrecerle mi fidelidad si tuviera una oferta de la competencia. También puedo ofrecerle formarme en un máster para mejorar mi rendimiento. Pero si no ofrezco nada mi jefe muy probablemente no me subirá el sueldo. Obviamente puedo prenderle fuego a la oficina para presionar. Pero es comprensible que si lo hago mi jefe me demande y deba indemnizarle o incluso sea un delito constitutivo de prisión. Quizás mi familia podría considerarme un preso político y pintar lazos celestes en la puerta de la oficina que quemé. Pero nada de todo esto me va a llevar a un aumento de sueldo. Así que, estimados independentistas... ¿qué pueden ofrecernos a los no nacionalistas?

Bien, partiendo de estas 2 premisas, creo que toca analizar qué se pretendía lograr con la Constitución actual, y en qué ha fallado. La Constitución española establece un estado descentralizado mediante un sistema de Comunidades Autónomas y Gobiernos autonómicos. La Constitución define los derechos, deberes y libertades de los españoles, pero no concreta que Administración debe gestionar dichos aspectos de la vida de los ciudadanos. De ahí que a lo largo de 30 años los Gobiernos nacionalistas hayan facilitado la gobernabilidad de España a cambio de la transferencia de más y más competencias. El café para todos hizo el resto. La ineficiencia (y la corrupción) de gestionar 17 sistemas distintos encarecieron los servicios públicos, lo que provocó el problema de la financiación autonómica, aún por resolver. A pesar de la descentralización y de las múltiples transferencias de competencias, para los gobiernos nacionalistas de Euskadi (en tiempos de Ibarretxe) y de Cataluña (desde Artur Mas) no es suficiente, y siguen exigiendo mayor nivel de autogobierno y gestión competencial (gestión de infraestructuras como puertos y aeropuertos, sistema fiscal y recaudación de impuestos, etc.) Al Gobierno central le quedan tan pocos servicios por transferir que se resiste a seguir perdiendo competencias, y llegamos al pulso de la independencia. Por tanto podemos concluir que el Estado Autonómico no satisface a los nacionalistas, ni tampoco a los centralistas, y no ha conseguido resolver las tensiones nacionalistas.

En este sentido creo que conviene reconocer por todas las partes que la Constitución ha fracasado en cuanto a la definición de la estructura del Estado. Así que... ¿Por qué no le damos a cada uno lo que quiere? Eliminemos de la Constitución que España es una nación indivisible. Otorguemos la razón a los nacionalistas y definamos el país como un Estado Plurinacional, y reconozcamos el derecho a la autodeterminación a las Comunidades Autónomas, tanto para independizarse de España como para anexionarse a otros Estados. Pero a cambio devolvamos al Estado su configuración centralista. Recuperemos la visión francesa del Estado. Básicamente hagamos que los servicios públicos esenciales, los que afectan a los derechos de todos los españoles los recupere el Gobierno central (básicamente seguridad, educación y sanidad, que son los servicios que garantizan el bienestar de los ciudadanos)

A continuación toca negociar las condiciones del derecho de autodeterminación, que requerirá un referéndum de independencia. En este sentido las condiciones que yo plantearía serían las siguientes:

  1. Imposibilidad de convocar un Referéndum de Independencia en al menos 20 años tras la aprobación de la nueva Constitución. Hay que dar tiempo al Estado centralista de seducir con su gestión a la ciudadanía. Hay que darle la posibilidad a los centralistas de demostrar que pueden gobernar para todos, mejorando el bienestar de todos los españoles.
  2. La convocatoria de un referéndum de independencia requeriría la aprobación por 2/3 del parlamento autonómico. Tras su aprobación se disolverían las cámaras, se convocarían elecciones y sería responsabilidad del nuevo Gobierno autonómico de negociar las condiciones de la independencia.
  3. Se establecería un plazo de entre 4 y 8 años en el que el Gobierno Nacional y el Gobierno Autonómico deben negociar los términos y plazos de la independencia. Justo al revés de cómo se ha gestionado el Brexit, para que la población, cuándo vote a favor o en contra de la independencia, conozca las consecuencias de su voto, y que una vez finalizado el Referéndum no queden dudas sobre el procedimiento, plazos y costes que tiene la proclamación del nuevo Estado.

Creo que este planteamiento es aceptable por cualquier ciudadano "españolista", "unionista", "centralista" o "anti-nacionalista", porque es lo suficientemente restrictivo como para hacer difícil que se produzca la independencia de una región de España, y además permite acabar con los chantajes nacionalistas en el Estado descentralizado Autonómico. Si el Estado hace bien su trabajo, y la mayor parte de la población tiene un alto nivel de bienestar, será improbable que se convoque y/o se gane un referéndum de independencia.

El planteamiento me parece igualmente aceptable para los nacionalistas e independentistas, que pierden un alto grado de poder a corto plazo (20-30 años) a cambio de tener las vías legales para lograr la independencia en caso de no estar satisfechos con el encaje de sus regiones en el nuevo Estado centralista. Es cierto que no es un camino fácil para lograr la independencia, pero se les reconocería el derecho a la autodeterminación a cambio de requerir un alto consenso social para adquirir la independencia.

¿Qué os parece el planteamiento? ¿Creéis que partidos como Vox, PP o Ciudadanos podrían firmar una Constitución así? ¿Os parece que partidos como PNV, Ciu, ERC, BNG o Compromís aceptarían una reducción de su poder actual a cambio de una potencial vía legal para la independencia? No me cuesta ver a partidos como PSOE o Podemos apoyando este planteamiento. Con que los nacionalistas y Ciudadanos o el PP se sumaran, estaríamos en los 2/3 del Congreso para aprobar esa reforma constitucional. ¿Se aprobaría una Constitución así en Referéndum? ¿Si de cara a las elecciones del 10N algún partido abanderara esta propuesta lo votarías?