Los sueños se hacen realidad

Los sueños se hacen realidad, piensas, mientras apagas el despertador y observas con pavor el tamaño de tu incipiente barriga en el espejo de vuestro dormitorio. Estás envejeciendo. Y ya no puedes disimularlo.Y te dices que a partir del lunes comenzarás a ir al gimnasio. O la semana siguiente. Y que después de Navidades dejarás de fumar. Y el jueves tienes cena. Tu suegra te hará cordero. Hablarás de fútbol con tu suegro.

Te miras al espejo al salir de la ducha, desnudo. Una cana en el pello púbico. Te sientes tan flácido… El pelo se te cae más que nunca. Se atisba el cartón. Tal vez deberías dar tu brazo al torcer y tener el segundo. Al menos parece que ya no discutís tanto, aunque ya no recuerdas la última vez que follaste y las pajas en la ducha son cada vez más complicadas y tristes.

Te sientes tan aburrido y atenazado que eres incapaz de percibir la soledad que comanda tu vida. Todos los días son lunes para ti. Tienes dos coches. Una casa en la playa. Vacaciones en el extranjero. Una hipoteca casi pagada. Un perro. Un hijo hiperactivo. Una mujer preciosa que no te soporta. Un buen sueldo en un trabajo que odias. Es la vida que siempre quisiste. Los sueños se hacen realidad. Menuda putada.