Torpes y mentirosos

Es bien conocida la frase "de un político, fíjate más en los que hace que en lo que dice", de la que podemos derivar "de un partido político, fíjate más en lo que hace que en lo que dice". Las razones son evidentes. Siempre he estado bastante de acuerdo con esta frase, al igual que sé que muchas otras personas también siguen este "consejo".

Pues bien. Hoy nos sorprendía (o no) una noticia en la que se relataba un comentario de Vox a propósito de la elección de una niña de origen magrebí como "reina de las fiestas" de un pueblo llamado Otura, en Granada. Muchos de ustedes habrán podido ver la noticia en portada aquí de Menéame:

www.elindependientedegranada.es/politica/familia-reina-fiestas-otura-d

Transcribo literalmente el comentario de Vox en Twitter, como no:

"Reina de las fiestas en Otura / Chica marroquí, joven, dos años viviendo en Otura / Ayuntamiento: PSOE. Mayoría absoluta / Comentario particular: Por lo visto en Otura no había otra chica en el pueblo, Otureña Española, y más guapa... VAYA TELA..."

Como no, la discusión y tertulia en los comentarios de internet y "en la hora del café" trataban sobre si este comentario demostraba o no la supuesta xenofobia del partido. Y sin embargo a este que les escribe, que al respecto de si Vox es un partido xenófobo o no tiene clara ya la opinión desde hace tiempo, lo que le sorprendió (de nuevo) fue la torpeza política del partido en cuestión.

Supongo que para Vox el hecho de que una niña magrebí de 16 años, y que su familia por tanto, demuestren una integración con las tradiciones y eventos del pueblo donde reside no les debe parecer bien. Supongo también que una ceguera que comienza a ser crónica les impide haber sido lo suficientemente inteligentes para, muy al contrario de lo que han conseguido con su comentario, haber aprovechado este suceso para demostrar "el tipo de inmigrante integrado que Vox quiere". Con un mínimo de inteligencia electoral, hubiéramos asistido a la babosa foto de alguna de las caras conocidas de Vox con la niña, o algún mensajito por Twitter felicitando todo esto. Pero parecen de nuevo haber elegido sólo dirigirse a su votante más radical, asegurando así "sus silloncitos en el parlamento", aunque esto signifique perder algunos en las próximas elecciones. Piensen en esto aquellos que esperan ver en Vox un partido con auténticas ganas de cambiar algo.

Si fueran unos verdaderos fascistas, si realmente buscasen el poder para cambiar las cosas a su gusto, hubieran aprovechado este suceso en su provecho, más allá de lo que realmente pensaran, engañando a quién se dejara engañar. Y si no ustedes pueden, si quieren, repasar algunas cosas que hicieron esos verdaderos fascistas del S. XX con tal de llegar al poder. Pero muy por el contrario, esa mezcla de torpeza, de arrogancia de niño pijo y de mamandurrierismo que les viene de cuna y de los chiringuitos dónde invitaban a copas antes de su formación como nuevo partido político les impide llegar si quiera a pensar en rozar esa meta. Diría que ni la desean.

Agradezcamos a Vox su sinceridad en las acciones, aquellas que nos dejan claro sus posiciones ideológicas y sus auténticas ganas de llegar a cambiar las cosas: "de un partido político, fíjate más en lo que hace que en lo que dice".