"La vida de los otros" no es una película sobre la RDA real. Por las noches apenas había lugares donde aparcar, y para encontrar sitio en un bar había que tener suerte. El arte y la cultura tenían mucha importancia, la limitación era casi exclusivamente individual. Ni los oficiales de la Stasi ni los demás jefazos tenían acceso a un servicio de prostitutas aparentemente gratuito; y un ministro de cultura que ni siquiera formaba parte del Politburó no podía dar órdenes a un oficial de la Stasi ni impulsar su carrera. En cualquier caso, la gente
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