El mercado civil de silenciadores aumentó un 37% en el 2013, cuando el número total se disparó a casi medio millón, según el registro de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés). Eso comparado con 360.000 en el 2012 y 285.000 en el 2011. Los silenciadores son tan populares que hay una espera de nueve meses para conseguir un registro aprobado por la ATF, según Ben Shim, instructor certificado de armas de fuego.