Se ha dicho que el tema central del filme [The Lobster] es el miedo a la soledad y también a vivir con alguien, pero no lo creo así: lo que provoca en el espectador una incomodidad creciente, un rechazo cercano a la náusea, no es la posibilidad de enamorarse o pactar una vida en común, o la de estar solo hasta que el azar quiera. No, lo que se ataca aquí, de un modo alegórico pero muy inteligente, es la injerencia en un aspecto que debería corresponder única y exclusivamente al individuo.