La nueva crónica es escueta pero da cuenta de que en la mañana del pasado 2 de agosto fue trasladado a la horca que se ha montado en la prisión de Guantánamo, donde se le dio la oportunidad de pronunciar unas últimas palabras. En una línea coherente, que da credibilidad al relato, Barr rechazó la legitimidad del tribunal militar para juzgarle