A la mayoría de nosotros se nos enseña desde pequeños que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) era un gobierno anti-democrático que gobernaba al pueblo desde arriba con mano de hierro. Sin embargo, aunque su sistema político distaba mucho de ser perfecto y gozaba de deficiencias como poca separación entre poderes, esta representación no tiene nada que ver con la realidad del sistema político soviético. De hecho, la Unión Soviética practicó una forma de democracia de abajo hacia arriba que enfatizaba la rendición de cuentas

A la mayoría de nosotros se nos enseña desde pequeños que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) era un gobierno anti-democrático que gobernaba al pueblo desde arriba con mano de hierro. Sin embargo, aunque su sistema político distaba mucho de ser perfecto y gozaba de deficiencias como poca separación entre poderes, esta representación no tiene nada que ver con la realidad del sistema político soviético. De hecho, la Unión Soviética practicó una forma de democracia de abajo hacia arriba que enfatizaba la rendición de cuentas

La RDA era más democrática, en el sentido original y sustantivo de la palabra, de lo que era Alemania Oriental antes de 1949 y de lo que ha llegado a ser la antigua Alemania Oriental desde que se abrió el Muro de Berlín en 1989. También era más democrática que su vecina, Alemania Occidental. Aunque contribuyó a la desaparición final de la RDA, el Muro de Berlín fue en su momento una medida defensiva necesaria para proteger a una sociedad sustancialmente democrática de la amenaza de un vecino hostil empeñado en anexionarla.