Cuba es una nación fallida. No un estado fallido, como Iraq, Siria, Haití y otros infortunados ex países. Lo que ha fallado en Cuba es la nación, no el estado. El estado cubano no ha perdido el control de sus fronteras, no ha abandonado provincias enteras al pillaje de bandidos e insurgentes, en las escuelas se bosteza cada mañana el himno nacional, y dos veces al año el parlamento escucha a los ministros del gobierno y vota, con generosa unanimidad, a favor de cada una de sus iniciativas. Los periódicos celebran los aniversarios patrióticos, la televisión transmite programas de variedades…