El Studebaker Champion de 1950 fue considerado en su época como el coche más seguro del mercado. Esto se debía principalmente a su estructura de acero reforzada, que garantizaba una mayor resistencia y protección en caso de accidente. Además, el Studebaker Champion fue el primer coche en incluir cinturones de seguridad de serie para todos los pasajeros, lo que también contribuyó a su fama de vehículo seguro.