A principios del siglo XX el gran movimiento de personas entre Barcelona y su creciente zona industrial hacía necesario establecer un servicio de transporte ferroviario mucho más eficiente que el que se podía proporcionar con las locomotoras y coches de viajeros existentes, provenientes en su mayoría de los tiempos de la Compañía del Tarragona a Barcelona y Francia (TBF). Por lo que respecta a las locomotoras, MZA tuvo claro que tendría que disponer de máquinas potentes y de tipo tanque que no necesitaran ser invertidas al final de cada recorrido con la consiguiente pérdida de tiempo. El…