Es cierto que el hierro de origen vegetal se absorbe peor que el de origen animal, cuya asimilación es mayor. Esto se debe a que los alimentos de origen vegetal presentan más inhibidores de este mineral, el más importante de los cuales son los fitatos —presentes en cereales integrales, legumbres y frutos secos. No obstante, el remojo, la cocción, la fermentación y la germinación, hacen desaparecer los fitatos en buena medida. Además, muchos alimentos de origen vegetal poseen 3-6 veces más hierro que los alimentos de origen animal.