«La pornografía es la culpable de los divorcios. La pornografía tiene la culpa de que los niños tengan un despertar sexual temprano. La pornografía tiene la culpa de los embarazos adolescentes, de la violencia hacia la mujer, de las violaciones…». ¿Cuántas veces hemos escuchado algo así? Muchas, ¿verdad? Es un mantra tan repetido como el que nos dice que la culpa de la violencia juvenil la tienen los videojuegos. Y, por si no lo habéis deducido ya, es igual de falso. Vamos a verlo con detalle.