La RAE la recoge en su diccionario desde 1992 como «no dar importancia a algo o tenerlo en poca consideración». El pito del sereno servía para llamar la atención a quienes interrumpían el silencio o la tranquilidad de la noche, o para avisar a la Policía en caso de urgencia, un cuerpo, el de Policía, en el que estuvieron integrados los serenos que solo disponían de él, del pito, como único signo de autoridad.