Los activistas son más que necesarios. Son radicales en el mejor sentido de la palabra, no dudan porque su foco está totalmente puesto en la injusticia que sienten que hay combatir. Son incansables y arrean aunque la causa parezca perdida. Le dan meneos a la sociedad para que no se acomode en costumbres e inercias negativas, en el "siempre se ha hecho así" o en el "así son las cosas".
Peeeero un activista es difícil que sea un buen gobernante de primera línea porque su ímpetu es más destructivo que creativo. Su empuje está basado en eliminar injusticias más que en crear justicia. Y además porque puede tener una prisa tremenda en cumplir sus objetivos y eso lo convierte en un elefante en cacharrería.
En el caso de Copito, el rechazo hacia el colonialismo les impide permitir un homenaje al bicho cuando podrían promover algo que hiciera ambas cosas: recordar al animal y a la vez un pasado no tan lejano que es mucho mejor conocer y entender que ocultarlo.
#70 el respeto debería ser lo primero en Menéame. Ninguno aquí somos unos lumbreras y cometemos errores que hay que aceptar de buenísimo grado. Los lumbreras que faltan el respeto a los demás no existen, eso es contradictorio.
#MakeMeneameGreatAgain