El enfrentamiento del ejército con los separatistas en el este industrial, ha obligado a las minas de carbón a reducir la producción o cerrar por completo. Esto ha llevado a una crisis eléctrica cortando la producción nacional y las exportaciones. Económicamente el conflicto en el este es un desastre para Ucrania, que tradicionalmente ha sido un exportador de carbón. Ahora tendrá que aumentar las importaciones para compensar la pérdida. Pero incluso entonces, la destrucción de las rutas de suministro y las infraestructuras hace que sea un reto.

El portavoz del Kremlin ha expresado su asombro por la falta de lógica que muestra Polonia, que no está dispuesta a suministrar gratuitamente carbón a Ucrania, pero le parece normal que no pague por el gas ruso. La víspera el viceprimer ministro de Economía de Polonia, Janusz Piechocinski, declaró que estaba desilusionado por el deseo de Ucrania de recibir el carbón polaco gratis. Desde julio su país viene realizando un contrato de 10.000 toneladas de carbón destinadas al país eslavo, pero Kiev no está dispuesto a pagar por los suministros.

El gobierno firmó un acuerdo para importar 1 millón de toneladas de carbón de Sudáfrica y ya ha recibido tres entregas. Sin embargo, el proveedor suspendió los envíos en medio de acusaciones de los medios de comunicación ucranianos de irregularidades en el trato. Los comerciantes extranjeros son propensos a negarse a trabajar con Ucrania, por temor a problemas con la ejecución de los contratos de futuros.