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10 interrogantes a propósito del libro blanco sobre la profesión docente de José Antonio Marina

El encargo del Ministerio de Educación de elaborar un libro blanco sobre la profesión docente ha provocado una gran revuelo mediático. Analizamos algunas de sus propuestas, como la de convertir el profesorado en un cuerpo de élite mediante una formación inicial de hasta 7 años.

| etiquetas: educación , josé antonio marina , preguntas , libro blanco
  1. Largo, bien desarrollado, con preguntas inteligentes que van al meollo y con observaciones muy finas. A mi juicio, un gran artículo.
  2. Me han llamado mucho la atención dos observaciones sobre el salario. La primera:

    "En mis numerosas visitas a las escuelas nunca he oído decir a un maestro que si le pagaran más se esforzaría para hacer mejor su trabajo. No es de eso que se quejan, sino de los recortes, de las dificultades que se encuentran cuando las ratios de alumnos por aula aumentan, cuando no disponen de suficientes apoyos pedagógicos y terapéuticos de refuerzo para atender a los alumnos con dificultades, de la relación a veces difícil con algunas familias, los niños desvalidos por la pobreza y la falta de atención social, de la formación permanente, del exceso de burocracia en los centros ...".

    Quien conozca a un profesor sabe que esto es una verdad como un piano.
  3. La segunda:

    "Es cierto que algunos estados de EEUU y en otros países europeos se ha aplicado el llamado PPR: "mérito pay" o "pay per perfomance" (pago o retribución por renent), pero también lo es que en muchos de estos lugares ha fracasado y, en otros que se mantiene, es objeto de una fuerte contestación por parte de la comunidad educativa. No hay que olvidar que se trata de una de las medidas estratégicas de las políticas neoliberales para fomentar entre los docentes el individualismo, la jerarquización y la competitividad, mediante la regulación de numerosas categorías y tablas salariales que no hacen más que provocar un clima enrarecido de recelos y envidias, dificultando extraordinariamente el trabajo en equipo y la cultura de la colaboración-cooperación, uno de los signos de identidad más genuinos de la innovación educativa. Vamos, que es una ingenuidad o una clara manipulación, tratar de vender el "mérito pay" como un procedimiento neutro, apolítico y de sentido común. No señalaremos muchas dificultades derivadas del hecho de que los resultados y progresos de los alumnos tienen que ver a menudo con otros factores ajenos a la intervención del profesor, como es el esfuerzo del alumno, y otras variables personales, familiares y sociales. Por otra parte, no es nada fácil medir la calidad de los maestros en la franja intermedia; y son bastante conocidas las estrategias de los maestros y de algunos centros para mejorar los resultados de los estudiantes sin que mejore el aprendizaje."
  4. El mayor y más importante es que es un proyecto sin memoria económica. Como siempre muy bonito en papel y luego en la práctica parches y chapuzas.
  5. #4 En el artículo no se menciona, pero el señor Marina habla de "implicarse con el centro" como medidor de la incentivación económica, entre otros. Eso, en términos prácticos (sobre todo en los concertados, donde a veces hasta da miedo), quiere decir "currar como una mula de carga y dedicar 12 horas al día de cada día de la semana para que el director no te amenace con pagarte menos". Porque todos sabemos que "el centro" es "el director". O sea: más poder para un individuo, menos para los 40 que estén a su cargo.
  6. #2 Es imprescindible que en los primeros años, se baje la ratio de niños por aula, es imposible que un maestro pueda atender a tantos niños, por lo que siempre hay alguno que queda rezagado y ese retraso ya es para todo su ciclo escolar.
  7. #6 Completamente de acuerdo. Pero, visto lo visto, a los reformadores educativos parece importarles un carajo. Están más preocupados de lo que bien saben hacer desde hace años: subir o bajar sueldos, fomentar la competición entre los empleados, aumentar la carga de trabajo, exigir más resultados y más preparación. Siempre la culpa y los cambios los padece el profesor.
    Tocar la estructura del sistema para hacerla más efectiva, o darle voz a los docentes para que entre ellos propongan mejoras sistémicas parece algo que ni se considera. Lo del ratio por clase sería una cosa imprescindible.
  8. #2 Soy maestro en un colegio público bilingüe de difícil desempeño en Madrid y doy fe. Me considero bien pagado (hay sueldos mejores, por supuesto, pero muchos, también, bastante más bajos). Desde mi punto de vista considero que tenemos los siguientes problemas (va a ser un poco rollo, lo sé):

    1- Recortes: desde hace 4 años nos quitaron un profesor de apoyo (que trabaja con niños de necesidades) pese a que tenemos mucho alumnado inmigrante y absentista y no nos lo volvieron a restituir.

    2- Bilingüismo: pese a ser considerada la asignatura de lengua inglesa una instrumental (básica para aprobar el curso), desde que empezó el bilingüismo, en la Comunidad de Madrid no se plantea crear plazas de profesores de apoyo para la misma. Nos dijeron, en una reunión el mes pasado, que se prevén crear plazas para el año que viene. El bilingüismo comenzó en el curso 2004-2005.

    3- Ratios: aumentaron desde hace cuatro años (sin que se siga contemplando mandar más profesores de apoyo).

    4- Familias: ahí no me puedo quejar, no creo que sea culpa de la administración que algunas (pocas) familias no entiendan cuál es nuestra labor ni la importancia de la educación de sus hijos (quizás echo en falta alguna campaña de concienciación).

    5- Pobreza infantil: al haber aumentado la pobreza y la deficiente alimentación, la atención de algunos niños, lógicamente, ha disminuído y no pueden rendir de forma óptima. Lo malo es que se ve y no se puede hacer nada.

    6- Aumento del horario lectivo directo con niños: ya llevo algunos años trabajando y, al principio, teníamos alguna hora de libre disposición semanal sin docencia, normalmente dos) para atender a niños con necesidades específicas, corregir de forma inmediata, preparar clases "in situ", etc. Ahora no hay nada por lo que la calidad de la enseñanza, obviamente, se resiente.

    7- Exceso de burocracia: para cualquier cosa hay que hacer informes que, dudo mucho, lea nadie. Tendrían que contrar miles de personas para analizar todo el papeleo de todos los centros si se quisiera hacer minuciosamente.

    8- Formación del profesorado: se recortó de forma escandalosa el acceso a la formación permanente. Tanto es así, que llevo un año y medio sin hacer formación (de la administración, porque por mi cuenta ya hice algún que otro curso), ya que al haber tantas solicitudes y tan pocas plazas se hace por sorteo.

    9- LOMCE: no puedo dejar este análisis sin hacer mención especial a la falta de racionalización de la LOMCE. Al aumento descontralado de la burocracia derivado de la nueva ley hay que sumar que los contenidos no están adaptados al nivel madurativo de los niños; un ejemplo, se pretende que los niños con 8 años sepan todos los países europeos con sus capitales (en los centros bilingües hay que sumar la complejidad del inglés y en los de difícil desempeño las dificultades específicas del alumnado)

    10- Multitud de actividades (no elegidas por los profesores): simpre surgen salidas (no siempre educativas), proyectos dentor del horario escolar (educación vial, taller de emociones...), salidas a conocer el entorno, a protección civil, el día de la constitución, festival de navidad, carnaval, etc. Y, si queda algo de tiempo, damos clase.
  9. #listachorra sobre un documento chorra
  10. #8 De rollo nada, me parece un testimonio directo y analítico interesantísimo. Gracias.
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